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"Rizoma" 
  Rizoma
Ivelisse Jiménez

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Parámetros de la convocatoria
Pieza escultórica
Nueva biblioteca Municipal de Barranquitas
Descripción del ámbito

Los centros tradicionales son la contraparte urbana al imaginario rural que suele protagonizar las representaciones de la identidad puertorriqueña. El desplazamiento de la economía del campo a la producción industrial a partir de los 1950 ha tendido a favorecer otras formas de asentamiento, particularmente los desarrollos suburbanos que surgen a partir de la lógica del automóvil. Hoy los centros urbanos compiten con las megaestructuras del consumo, quedando relegados en ocasiones a meros centros de servicio luego de haber perdido considerable población en las últimas décadas.

El Proyecto de Revitalización de los Centros Urbanos de la Directoría de Urbanismo procura rescatar cualitativamente al espacio público como primer paso a una estrategia de repoblamiento. Mediante esta iniciativa se ha puesto a la disposición de los artistas una gran variedad de espacios públicos y edificaciones para incorporar arte en el corazón de los pueblos de la isla. Se busca obras que celebren lo característico de cada pueblo sin caer en visiones nostálgicas ni falsas reconciliaciones con expresiones populares. Podemos apreciar en las obras seleccionadas un alcance muy amplio de formatos y temas que van desde la celebración del paisaje natural hasta visiones más audaces que apuestan al futuro de estos baluartes de la vida cotidiana de los puertorriqueños.

Aforismo

Artista: Ivelisse Jiménez
Título: “Rizoma”
Ubicación: Nueva Biblioteca de Barranquitas
Dimensiones: Once piezas de vidrio policromado colgadas de un armazón de acero inoxidable de 13’-6” x 13’-6”
Materiales: Vidrio soplado Policromado y acero inoxidable

Rizoma nos confronta con el acto mismo de mirar, y nos invita a hacer un recorrido tanto visual como físico por la obra. Esto de manera que el espectador, descubra la necesidad de su presencia para completar el camino de de posibilidades siempre dinámicas de la pieza. Los cambios de perspectiva en la pieza obligan al sujeto a asumir un rol activo, en el proceso de construcción de la imagen, donde cada parte de la obra es un punto de referencia que se organiza a partir de elementos como el color, forma y superficie que se entrelazan sin una jerarquía estática. Esta pieza nos invita literalmente a recorrerla, a entrar en el espacio y hacernos parte de ella; a componerla manera de rompecabezas que puede montarse y desmontarse de múltiples formas.

Esta pieza sitúa al espectador como un lector, -excelente referencia si consideramos su emplazamiento- ya que crear una composición visual siempre es un acto de lectura. Recreando así, en el campo del arte lo que es inherente a la lectura. El lector, simultáneamente comprometido y contaminado con la escritura de otro, crea a su vez un texto nuevo a partir de su propio universo discursivo. Es decir, no es sólo lector pasivo sino lector creador. Lo mismo sucede aquí con la mirada, a nuestra mirada tan minada de referentes, pero que a la vez nos seduce a construir de nuestro imaginario una fantasía.

Esta pieza no es hegemónica, ni impone un significado último, por el contrario, le permite al espectador construir su propia composición pictórica. Apela a las subjetividades y a la conversación con textos y referentes anteriores, dándole espacio así a la creación de nuevos discursos por parte de su público.

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