Luis Hernández Cruz, más que ser un buque insignia del constructivismo abstracto en Puerto Rico –junto Antonio Navia, Paul Camacho y Lope Max Díaz–, es sobretodo una marca. Sus aportaciones al desarrollo del arte en Puerto Rico durante la segunda mitad del siglo XX no se han limitado a su obra, sino a toda una serie de investigaciones, publicaciones y polémicas a propósito de la corriente abstracta dentro del arte moderno.

La publicación del periódico FRENTE, por parte del grupo del mismo nombre –que formó junto a los artistas antes mencionados– contribuyó notablemente a la crítica, durante un período de particular ebullición y tensión entre los que se consideraban abstractos ante su contraparte, los figurativos. De la suma de acontecimientos generados –entre otras cosas por la inquietud de Hernández Cruz– sale una mezcla explosiva, de la cual es heredero el arte actual. Pero, pese a ello, el artista no desiste de su curiosidad sino continúa sus investigaciones, las cuales han derivado al motivo del espacio total.