Ámbito: Parques urbanos
Título: "Torre mural"
Lugar: Parque Luis Muñoz Rivera en San Juan

Ámbito: Tren Urbano
Título: "Encuentros fugaces"
Lugar: Estación Hato Rey

Mi trabajo es un ejercicio constante de introspección y juego, es un afán de dejar una huella expresiva. Creo que fue así desde el comienzo, tratando de encontrar camino. Hice mis estudios en la Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires con maestros, algunos, excelentes. Fue una base fuertemente académica, de la cual no me rebele, pero con el tiempo tuve el doble trabajo de liberarme de ella mientras conservo lo positivo.

Mi formación y fuerte era la pintura (1960). Me alejé de ella por temor o respeto al “Arte Mayor” acercándome más al objeto, al Arte Menor”. A ese objeto lo sentía íntimo, seductor, divertido. El objeto estaba en mi entorno familiar desde porcelanas europeas a sencillas vasijas de barro sin esmaltar y artefactos de culturas indígenas. El barro era un medio que me parecía apropiado para incursionar por ese camino. Trabajé, luego de terminada la academia, en una fábrica de cerámica comercial, que me permitió interiorizarme de sus aspectos teóricos. Abriendo más tarde mi taller de cerámica dedicándome a la enseñanza de arte en las escuelas.

No es hasta finales de los años sesenta es que me traslado a Puerto Rico junto a Bernardo Hogan, mi marido, cuando me dedico totalamente a la cerámica. Puerto Rico abrió alternativas, nuevos caminos y encuentros. Estos encuentros ayudaron a formar nuestro espacio en la isla. En los años ochenta Jaime Suárez, Toni Hambelton, Bernardo Hogan y yo fundamos Casa Candina, para la difusión, enseñanza y desarrollo de la cerámica contemporánea.

Actualmente, comparto el taller con Bernardo Hogan. El mundo de Bernardo es el torno, el estudio de barros y esmaltes, del cual me beneficio. Bernardo trabaja la vasija en una multiplicidad de exploraciones. Su mundo y el mío aparentemente dispares se conjugan y enriquecen diariamente en los procesos creativos.

Comencé usando el barro, dado mi trasfondo pictórico como una superficie-lienzo. Con el tiempo y el conocimiento del material, fuí tratando de penetrar esa superficie para volver a salir de ella y tratarla en sus innumerables posibilidades, sea como propuesta bidimensional, tridimensional de pequeña o gran escala. El “objeto” se convirtió en presencias humanas, fauna o flora, distorsionadas o indefinidas, que quieren y más allá de una realidad anecdótica.

En mis muchos años de trabajo y envolvimiento con el mundo creativo en que me he nutrido de la estética del creador anónimo y del reconocido, no dejo de admirar y creer en el ser humano y la creacion. Mujer-hombre-signo-animal-garabato, mi imagenería..

Tal vez producto de la memoria colectiva, de un mito propio que quiere establecer un diálogo conmigo misma y el espectador de mi trabajo