Reserva del faro de Cabo Rojo y las salinas

Este lugar es, sin lugar a dudas, uno de nuestros paisajes más cautivadores y toda intervención de arte debe ser cautelosa en su conceptualización, haciéndose pertinente al sitio y minimizando los impactos a la naturaleza y el suelo. Las obras deben localizarse en las áreas aledañas al camino de acceso y a los senderos que utilizan los visitantes una vez abandonan el auto y comienzan a caminar. Las piezas deben entrelazarse con la naturaleza sin competir con la presencia del faro, objeto que por su singularidad reclama un papel jerárquico. Más que exigir atención estridentemente, las obras aquí emplazadas deben hacerse cómplices de la belleza árida del lugar, tomando claves del mismo paisaje en términos de la forma y el color. Se escogerán Cinco obras de varios artistas y se evaluará su compatibilidad con el lugar y entre sí mismas.

Cabo Rojo Lighthouse

Instalación de sonido y vídeo en varios espacios, donde la percepción de voces que leen y de manos que escriben se materializa por medio de bocinas y proyectores giratorios, creando una atmósfera acústica y visual envolvente.

"Desde que Agustín leyó en silencio, para sí, la lectura ha habitado los escenarios de la soledad: el desván, la playa, el tren de pasajeros, espacios cuya profundo aislamiento se manifiesta en la proximidad de una vida tumultuosa, excluida de su ámbito."
Susan Stewart

Un faro resume la mayoría de las metáforas que suelen asociarse con la luz. Es un lugar visitado físicamente por la luz. La luz, en continua rotación, se extiende y dibuja el arco donde el espacio de tierra y puerto seguro se encuentra con el vasto horizonte del mar y sus profundidades. Un faro es una señal luminosa de navegación segura, que orienta a las naves en el mar. En nuestra imaginación cultural, equivale a un puesto de avanzada, a un centinela singular en el lugar donde la naturaleza y la cultura colindan. Como figura del paisaje deshabitado, el faro ha representado aquello que, estando cerca, proviene de lejos. El Faro de Cabo Rojo, situado donde confluyen las aguas del Caribe con las del Atlántico, es una encrucijada, no sólo entre tierra y mar, sino entre el norte y el sur, y entre las culturas y los idiomas español e inglés.

La instalación:

“La escritura a mano es, al espacio, lo que la voz al tiempo.”
Susan Stewart

Según la costa constituye la articulación donde el mar y la tierra se unen con un golpe del oleaje, así el punto de unión entre la piel y las entrañas del cuerpo sigue la ruta del movimiento de las palabras que, en voz alta o en silencio, entran al cuerpo mediante la lectura y el oído, y luego emergen de él por conducto del habla o la escritura.

Unas grabaciones en vídeo y audio, de eventos de lectura y de escritura al ritmo de la mano, brotarán de múltiples bocinas y proyectores, para llenar el espacio abierto del faro con un remolino de voces e imágenes luminosas de un texto giratorio.

Sonido – Seis bocinas impulsadas mecánicamente girarán y rotarán en círculos, u oscilarán como mecedoras. Cuando las bocinas emitan sonidos, moviéndose a velocidades variables, el interior del faro se llenará con la presencia resonante de voces “invocadoras”.