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"El tinglar I, II y III "
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| El tinglar I, II y III | ||||||||
| Adelino González |
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| Parámetros de la convocatoria | ||||||||
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En nuestra costa existen playas especialmente protegidas por ser lugar de anidaje del tinglar. Un ritual nocturno ocurre en estos recintos sin que quede evidencia o rastro aparente del ciclo de vida que se desenvuelve en la arena. Solicitamos ideas para una estrategia de señalización y arte que celebre la presencia del tinglar en estas playas a manera de recordatorio a los otros habitantes del litoral. |
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| Descripción del ámbito | ||||||||
Por nuestra condición geográfica, la costa ha sido el ámbito preferido para elaborar signos de identidad en los discursos de la cultura popular y en las campañas promocionales del turismo. Más allá de los clisés a los que suele reducírsele, vemos en la costa la posibilidad de alternar la escala íntima con el paisaje vasto, lo conocido y lo desconocido, el paisaje referencial y el paisaje abstracto. Tiene la costa una audiencia cautiva que la consagra como espacio ideal de ocio y meditación. |
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| Aforismo | ||||||||
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Ficha Técnica: El tinglar, científicamente llamado Dermochelys Coriacea, es la especie de tortuga marina más grande que existe, tanto así, que puede llegar a medir hasta siete pies de largo y pesar 1,400 libras. Adelino Gonzáles presenta la serie figurativa Tinglares, confeccionada en acero inoxidable inspirado en estos animales que frecuentan nuestras costas a desovar. Estos nuevos invitados de la costa, parecieran estar camino al mar en un rito de procreación. Su cuerpo, constituido de frío acero, es metáfora de la prevalencia de lo artificial sobre el mundo natural. En un mundo donde asistimos al duelo de la imagen es necesario reconfigurar la imagen por la copia. Con esta propuesta, Adelino se convierte en un copista de la imagen. El diseño del tinglar consiste de una estructura de líneas y planos que se entrelazan formando la silueta de esta tortuga marina. Las líneas superiores en forma de rejillas se asemejan al caparazón del anfibio, el cual ostenta siete crestas o aristas longitudinales. Las esculturas serán instaladas en áreas donde la misma se anida para fomentar así la conciencia ecológica y la preservación de la especie. Esto ya que el tinglar es considerado en Puerto Rico y las costas norteamericanas como una especie en peligro de extinción, tanto por las alteraciones naturales o artificiales de los terrenos aledaños a las costas como por la degradación y destrucción de hábitats marinos u arrecifes de coral o por problemas con elmanejo de desperdicios sólidos. Como un recordatorio en acero, el artista recapacita sobre cuán olvidada se encuentra esta criatura y la naturaleza en la que vive. Dato interesantísimo: Cuando las tinglares hembra están poniendo sus huevos se les ve llorando, esto para mantener sus ojos húmedos y libres de arena. |
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